El uso de un calendario procesal en los arbitrajes trae beneficios para su adecuado desarrollo, ya que genera que el proceso sea más eficiente y predecible.
A continuación, se presentan los beneficios:
- Impacto en los plazos: Permite que las partes tengan predictibilidad respecto a los plazos para la presentación de escritos. Así, como predictibilidad respecto a los momentos en los que se discutirán los diversos incidentes.
- Impacto en la eficiencia del proceso: El calendario procesal coadyuda a que las partes deban respetar las etapas del proceso, así como el momento en el cual deben presentar o postular sus alegaciones. Ello evita dilaciones innecesarias en la conducción del arbitraje
- Impacto en los costos: Tener un calendario procesal evitará que el proceso se dilate innecesariamente, con lo cual el laudo será emitido en menor tiempo. Ello evitará que las partes tengan que seguir incurriendo en costos asociados al tiempo transcurrido durante el proceso.
- Impacto en audiencias: Una de las dificultades que enfrentan las partes en el arbitraje es la fijación de audiencias (disponibilidad de las defensas, expertos, testigos). El calendario procesal coadyuda a que las partes y el Tribunal Arbitral puedan acordar con suficiente anticipación las fechas en las que se desarrollarán las audiencias.
Precisamente por estos beneficios es que existen Centros de Arbitraje (p. eje. el de la Cámara de Comercio de Lima) que han emitido notas prácticas en las que estipulan que, en todos los arbitrajes, el Tribunal Arbitral debe emitir junto con las reglas del proceso el calendario procesal de actuaciones.