La suma alzada es un sistema de fijación de precios del contrato. Implica que el contratista será retribuido con una suma determinada por todos los trabajos que ejecutará en el proyecto. En principio, el concepto de suma alzada implica la noción de invariabilidad del precio ofertado.
Entre sus ventajas principales, se encuentran:
Predicitibilidad: Permite a las partes tener una idea más certera del precio final del proyecto
Facilidad de financiamiento: Dado que implica mayor predictibilidad, los proyectos a suma alzada son más sencillos de financiar ya que implicaría un menor riesgo financiero.
Flujo de caja: Usualmente la suma alzada se paga según el avance del proyecto, por lo que implica un método sencillo que asegurar un flujo de caja en su ejecución.
Entre sus desafíos, tenemos:
No incentiva la generación de valor en el proyecto.
Riesgo del asumir sobrecostos: En la suma alzada, el contratista asume el riesgo de ejecución de mayores cantidades; mientras que el cliente podría pagar un precio por cantidades menores a las presupuestadas.
Más caros: debido a la prima de riesgo, los contratos de este tipo tienden ser más caros.
Modificaciones al alcance: Si el alcance del contrato cambia, la suma alzada se desnaturalizaría y ello rompería con la lógica de la fluidez financiera del proyecto en cuestión.
¿Cuándo es recomendable?
Cuando tenemos un proyecto con un alcance definido y predecible
En proyectos de ejecución sencilla y lineal.